Via Carbularte |
Rey de los hombres;
que valerte no puedo,
pero no llores.
Pan de mi carne henchido,
luz de mi noche
custodiado lucero,
no te acongojes.
Si estás desnudo y solo,
sobran vellones
en las ovejas blancas
de los pastores.
Si estás solo y desnudo,
Rey de los hombres,
te brindarán mis brazos
consuelo y goce.
Que darte más no puede
quien te dio el nombre;
¡que más no puedo darte,
pero no llores!
Luis Rosales : Canción de la divina pobreza.- “Retablo de Navidad” (1940)
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