El nuevo año marea. No sé si será efecto del champagne francés regalo de Jose, gracias hermano; a los malos pronósticos generalizados, da gusto tener tantos agoreros en la familia o simplemente que ya no estoy para mucho trote: Smiling no para y una ya no es lo que era.
Hoy llevo lo que mis hijas y yo llamamos "día vaca" , todo al ralentí , comida de restos y mucho silloning.
Tengo aquí al lado a Smiling leyendo en inglés lo cual aporta a mi salón un toque de elegancia y glamour, y yo calceto , pienso en lo mareada que estoy y ahora escribo.
¿De verdad todo será tan negro? Sigo creyendo que de esta crisis saldremos renovados y renovadas , que cambiará nuestra perspectiva de las cosas, que dejaremos de consumir y de tirar tanto, y que aprenderemos aunque sea a la fuerza a disfrutar de las casas, de las huertas, de lo hecho a mano y de lo reciclado.
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