Todo riquísimo, las princesas entendieron que echarle mayonesa a los camarones era un sacrilegio y creo que este año cantamos los villancicos de siempre casi sin desafinar.
Mi prole se lo pasó estupendamente, la matriarca acabó profundamente dormida en su silla; y los tres hermanos presentes despellejamos un poquito al resto, solo un poquito .
Mis hijas me reclamaron los sacos y los calcetines... A los calcetines llenos de chuches me negué pero lo de los sacos es practiquísimo. Milagrosamente aparecieron a la primera y ya tiene cada una y cada uno sus regalos dentro.
Ah y ya cambié la cuna del belén vacía por otra con niño, espero mañana tener un momento para despejar el nacimiento , hay overbooking de pastores y lavanderas que no se me revuelven.
Feliz Navidad y vivan las tradiciones familiares.
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